jueves, 13 de diciembre de 2007

Inmensidad


Querida amiga, me regalaste inmensidad, cómo lo pude olvidar.
Pasa el cepillo sobre mi memoria y aquello que las letras dicen he dicho me resulta extraño.
No te olvido. Estás peremne en mi recuerdo. Sentí que eras mi amiga y eso se hizo para siempre.
He ido a verte a tu nueva casa, que ya no es tan nueva. No me da por andar de felicitaciones, te dejé el calor de mis palabras a falta de contacto.
He recordado que un buen día escribí un poema. Revisando tus escritos he llegado a reconocer que este poema estaba espectado.

Ni blanco ni negro

ni verde ni azul

inmensidad

Ni vida ni muerte

ni aire ni luz

inmensidad

Allí no estás tú

Caminos desiertos

plañidos de gente

responde tu dios

Inmensa quietud

terrena la vida

compone tu luz

Allí no estás tú

Airada la hembra

araña la vida

sedienta de luz

Compone su angustia

paciente en silencio

carente de risa

allí no estás tú

16/04/2007

Estas fueron tus palabras:
Mi querida Anna... ¿Qué regalarte que no tengas?... Pensé en regalarte "la inmensidad" y al buscar una foto de ella en el señor Yahoo! me apareció esta foto... Y la verdad que la adoré... como a vos!.
Tu página querida Abril es Sin renuncias, buena decisión la tuya.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Sobre estas fechas




Bienvenidos a mi espacio sideral

Es divertido seguir el rito, pero entrar más allá no me llama la atención.
He leído algunos escritos sobre rituales de conexión con los difuntos.
Nunca me ha gustado entrar en esa temática, sin embargo desde diciembre están las cenizas de la mamuchiña en casa y no me produce ningún reparo.
Mi amiga las tiene y eso le sirve. Nada que objetar.
Le ha puesto una rosa al lado. Me parece correcto.
Pienso que la muerte es lo que tenemos en común.
Somos mortales.
A ella tiende nuestra finitud. Nuestra finalidad.
El respeto por ellos lo es por nosotros mismos.
Mi madre y mi padre todavía están en este plano de la realidad. Puedo hablar con ellos por teléfono para desearles las buenas noches.
Mantengo ese ritual con los vivos. El encuentro que puedo permitirme mientras sea factible.
Sin embargo, entiendo que ella la quiera a su lado.
Su muerte me produjo gran impacto. Sus cenizas están presentes y me merecen respeto.
La materia procede de un mismo origen. Se transforma. No se pierde. Mi propia materia está en proceso de asimilación (vida) y desasimilación (muerte).
El dolor. Ese es el peor de los infiernos.
La eutanasia, asignatura pendiente de una sociedad que debe mirar de frente.
Vi las llagas que precedieron al estado de coma. Vi sacar un cadaver como si de un saco de piedras se tratara. Mi grito fue el esperpento sentido. Ese fue el momento más amargo de mi vida. Antes una vida que se consumía por un Alzheimer y después mera carcasa.
El cadaver que estiré por evitar cosas peores. Los que vinieron por ella. La realidad superó a la ficción. Ninguna escena de terror pudo calarme tan hondo.
Los sueños y las presencias.
Otros y otras que la precedieron.
Mi viaje previsible en el futuro.
Nuestro destino.
El 'dasein'.

El Dasein es un «ser para la muerte» (Sein zum Tode).

Martin Heidegger




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domingo, 28 de octubre de 2007

A mi dulce Alnair


Alnair me ha llevado por este camino de reflexión. Debo citarla para que se pueda establecer la relación entre lo que ella escribió, VIAJE EN EL TIEMPO, y lo que me motivó.



Soy niña porque vivo en presente.
Soy adolescente porque desbordo los ríos del alma.
Soy anciana porque tengo mucha vida vivida que contar.
Soy multiplicidad.
A veces río.
A veces lloro.
Me quejo y despotrico contra los hombres grises que se fuman nuestras vidas.
A veces soy una tirada para delante.
La coherencia y la incongruencia en mi casa habitan.
Abro una sonrisa cuando tras la ventana canta la lluvia.
No me entristezco por los años que pasan.
De mis bisagras y dolores con paños calientes me consuelo.
De los humanos agresivos me escabullo como puedo.
No siempre venzo al monstruo de siete cabezas, pero renuevo el pacto con las ganas de vivir y me pongo al día.
Miro la luz para iluminar las tenebrosas sombras que me quieren copar.
Ya ves.
Consigues hacerme escribir lo impensable.
Así brota el agua de la fuente de la madre que me alberga.
Gracias por estar en un hueco de mi alma.

Gracias por estar en un hueco de mi alma

Soy niña porque vivo en presente.
Soy adolescente porque desbordo los ríos del alma.
Soy anciana porque tengo mucha vida vivida que contar.
Soy multiplicidad.
A veces río.
A veces lloro.
Me quejo y despotrico contra los hombres grises que se fuman nuestras vidas.
A veces soy una tirada para delante.
La coherencia y la incongruencia en mi casa habitan.
Abro una sonrisa cuando tras la ventana canta la lluvia.
No me entristezco por los años que pasan.
De mis bisagras y dolores con paños calientes me consuelo.
De los humanos agresivos me escabullo como puedo.
No siempre venzo al monstruo de siete cabezas, pero renuevo el pacto con las ganas de vivir y me pongo al día.
Miro la luz para iluminar las tenebrosas sombras que me quieren copar.
Ya ves.
Consigues hacerme escribir lo impensable.
Así brota el agua de la fuente de la madre que me alberga.
Gracias por estar en un hueco de mi alma.

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martes, 23 de octubre de 2007

Suerte

Suerte que te propones

apareces aniñada

arraigando en desmesura

deshilachadas palabras

De una vida

que arreciada

se vislumbra a lo lejos

en un ocaso dispuesto

en coyunturas denodadas

reciamente clavadas

a tu espalda

Tope de errada miseria

dispuesta en figuras

que no se dejan adherir

ni componer

para dárselas de redichas

en capotes y prebendas indispuestas

Arrancas alaridos de locura

en hebras de hilo añejo

descosidos y remiendos

Recorres por las paredes

agrietadas de un pasado

descompuesto de detritus

reponiendo y componiendo

rehaciendo lo no dicho

Propones que todo es uno

a pesar de lo diviso

engañándote de luces

en los oscuros pasillos

Ronda de caballeros

cruzados de las españas

añorado de un pasado

que suprimió con guadaña

No me las cantes posibles

que me ofreces letanías

a cambio de un cielo falso

sin verdades ni remansos

Me caigo en precipicio

de un obsoleto edificio

empañado con la sangre

de tu patria y beneficio

lunes, 22 de octubre de 2007

Es nadie


-¿Has visto?

-¿Qué?

Responde de forma autómata él mientras ella inquieta reclama su atención.

-¿No ves?

-¿Qué?

Sigue dándole largas amurallado tras el diario alejado de todo lo que le implica.

Ella le mira con gesto mohín.

-¡Ven aquí!

El niño la mira y sigue en la suya.

Inquieta y a punto de estallar agarra del brazo al hombre que sentado a su lado parece no entender de qué va.

-¿Te das cuenta?

-¡No me hace ni caso!

Él, al fin, contrariado, pliega el periódico con parsimonia y mirándola a los ojos se levanta con un gesto despectivo que a ella aplasta.

-¡Pedro, ven!

El niño de inmediato responde a la llamada.

Ella cada vez más diminuta se siente pura basura.

-¡Papá!

Dice el niño con una mirada tierna abrazándose a sus rodillas.

Él lo coge y lo pone sobre sus hombros.

Ella más empequeñecida se difumina.

Se pierde en medio de las sombras de los árboles de ese parque que se transforma en el más tétrico de los espacios.

Cierra los ojos para no verse.

Se pierde.

Nadie.

Es nadie.

domingo, 21 de octubre de 2007

Desconcierto


Aporreaba las teclas del piano arrancando notas discordes. Escuchaba un silencio acorde con sus pensamientos. Los pies hundidos en los pedales no conseguían moverse. Un profundo dolor le ahogó oprimiéndole hasta que un estertor salto por los aires dejando al público en un hueco oscuro e impreciso.

Saltó sobre el patio de butacas y cogió el camino del pasillo central corriendo como alma que lleva el diablo.

El mundo se paró a su paso.

Las puertas no tenían traba. Al poco tiempo se vio en medio de una calle mojada por una lluvia que caía en demasía. Las gentes guarecidas bajo los soportales improvisados veían atónitas una figura que atravesaba empujada por un impulso inesperado.

Todo quieto a su paso. Veía la escena multiplicada como si de un calidoscopio se tratara. Paraguas, muchos plegados goteando y derramando agua.

Pisaba charcos que aunque le mojaban en nada reparaba.

Los coches que a su paso se cruzaban frenaban en un chirrido producido por un suelo inundado de aquel manantial improvisado.

Llegó al límite que el mar le marcaba y ante él de inmediato quedó parado frotándose las manos insistentemente.

Su alma quebrada lloraba.

Ella le llamaba. La sirena desde el otro lado del mar reclamaba su prenda dorada.

Se había llegado a enamorar. Apenas hacía unos días que escuchaba esas letras que ella escribía y ahora sólo quería estar ante ellas. Nada más, sólo ese palpitar.

Abandonó su vida. Se dejó llevar. Internándose en el agua se metió en el mar que a ella le iba a llevar.

Sobre las aguas caminaba como si nada se opusiera a su paso.

El mundo vio y no pudo explicarse que alguien que lo tenía todo dejara un reguero de sangre y lágrimas.

A la mañana siguiente se leyó en los distintos canales.

Ella miró su pantalla y un escalofrío recorrió su espalda.

sábado, 20 de octubre de 2007

Un cuento aleccionador



El árbol del deseo

Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.

El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo: “Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida”. E inmediatamente apareció la comida de la nada simplemente flotando en el aire, una comida deliciosa.

Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías. Inmediatamente empezó a comer y la comida estaba tan deliciosa! Una vez que su hambre estuvo saciada, miro a su alrededor. Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: “Si tan sólo pudiera tomar algo!” Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo.

Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: “Que está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?” Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: “Seguro que me matan!” Y lo mataron.

Esta es una antigua parábola, de inmensa significación. Tu mente es un árbol dador de deseos: pienses lo que pienses, tarde o temprano se verá cumplido. A veces, la brecha es tan grande que te olvidas por completo que lo deseaste, de modo que no puedes reconocer la fuente. Pero si observas profundamente, hallarás que todos tus pensamientos te están creando a ti a tu vida. Crean tu infierno, crean tu cielo. Crean tu desgracia y tu alegría, lo negativo y lo positivo… Cada uno es aquí un mago. Cada uno está hilando y tejiendo un mundo mágico entornos de sí mismo,,, y luego es atrapado. La araña misma es atrapada en su propia tela. No hay nadie que te torture excepto tú mismo, Y cuando se comprende esto, las cosas comienzan a cambiar.

Entonces puedes modificarlo, transformar tu infierno en cielo; sólo se trata de pintarlo con una visión diferente… toda la responsabilidad es tuya. Y entonces surge una nueva responsabilidad: puedes dejar de crear el mundo. No hay necesidad de crear ni en el cielo ni en el infierno, no hay ninguna necesidad de crear nada. El creador puede descansar, jubilarse. Y la jubilación de la mente es la meditación.

jueves, 18 de octubre de 2007

Fui...


Fui la amante inventada

la del cuento de hadas

Pasajera del tiempo

visionaria en silencio

La que quiso quererte

la que pudo tenerte

La que vio lo posible

la que supo y calló

La que todo perdió

La ausente y presente

La de siempre

La que nada tendrá

La que ya nada tiene

La que puede esperar

La flor que con su aroma me calma


Muchas veces quiero captar las flores en ese punto que se me escapa. Hoy ha debido ser una de las pocas veces en que el intento me ha sido compensado.
Llevo unos días en que tomo la cámara y me lanzo en busca del instante.
Espliego o lavanda, así se le llama.

lunes, 15 de octubre de 2007

MEDIO AMBIENTE

POCA COSA HAGO

AUNQUE INSIGNIFICANTE

PUEDO CON ELLA DESTRUIR O CONSERVAR

EN CADA GESTO Y EN CADA ACCIÓN NO PUEDO DESCUIDAR

QUE DE MI CUIDADO EL MUNOD PUEDA CONSERVAR

GEA NO CUENTA CONMIGO

SOY YO QUE CUENTO CON ELLA

QUE PARA EL FUTURO DEBO RECORDAR QUE ESTOY DE PASO

QUE OTRAS GENERACIONES VENDRÁN

LAS ERRES:

RECUPERAR TODO LO QUE PODAMOS
REPARAR AQUELLAS COSAS QUE PASAN POR NUESTRAS MANOS
REPONER A LA NATURALEZA AQUELLO QUE SE LE HA QUITADO
RECICLAR TODOS LOS RESIDUOS DENTRO DE UN CICLO COMPLETO
REDUCIR LOS RESIDUOS AL MÁXIMO

SEPARO LOS RESTOS

EVITO LAS LATAS DE REFRESCOS

GUARDO BOLSAS PARA DESPUÉS PONER LA BASURA

LLEVO UNA EN EL BOLSO PARA PODERLA USAR

CONTROLO LAS LUCES

EL AGUA QUE USO ES LA DEL GRIFO

ME DUCHO Y SI ES BAÑERA ÉSTA ES PEQUEÑA

NO FUMO

CAMINO

USO TRANSPORTE PÚBLICO

INTENTO HACER LO POSIBLE DENTRO DE ESE ORDEN DE COSAS QUE ME LO PERMITEN

RESPONDO AL RETO DE TOCAR ESTE TEMA EN DÍA DE HOY

LIMPIAR LO QUE LLEVA RESTOS DE COMIDA PARA EVITAR CONTAMINAR EL MEDIO

SI ES ACEITE SE PASA PAPEL EVITANDO EL USO EXCESIVO DE PRODUCTOS SINTÉTICOS DE LIMPIEZA

SI SE PUEDE PASAR POR AGUA ANTES DE FREGARLO, TAMBIÉN

SI COMPRAS LATAS DE REFRESCOS PIENSA QUE EL ALUMINIO CONTAMINA Y QUE LAS ANILLAS DE PLÁSTICO DEBES CORTAR PARA EVITAR QUE ALGÚN ANIMAL SE LAS COMA O QUEDE ATRAPADO.

NO DEJES RESTOS POR EL CAMPO Y SUS SENDEROS. VUELVE A CASA CON LOS RESTOS O DEPOSITALOS EN LOS ESPACIOS QUE ENCUENTRES PARA ESTO.

UN CRISTAL ROTO PUEDE SER UNA LUPA QUE HAGA QUE EL SOL PRODUZCA FUEGO EN EL CAMPO.

SON TANTAS COSAS INSIGNIFICANTES QUE ESTÁN EN TU MANO, EN MI MANO.

LA VIDA ES HERMOSA PARA QUIENES HOY LA GOZAMOS Y PARA QUIENES EN ESE NUEVO TIEMPO LA ENCUENTREN PRESERVADA POR NUESTRO CUIDADO.

http://blogactionday.org/

http://blogactionday.org/es



http://www.mediambient.bcn.es/verdia/cat/welcome.htm

http://www.ema-amb.com/ca/recursos/jocs/deixalles/index.html

http://www.mediambient.bcn.es/verdia/cat/cont.htm

martes, 9 de octubre de 2007

lunes, 8 de octubre de 2007

Cosas que hago y haré

Nada de lo que puedo hacer es casual.
Durante el verano me reté y lo llevé a delante. Puse en marcha un relato de fantasía. Por una parte abordar la fantasía era un reto en sí mismo porque no solía narrar o hacer este tipo de relatos, la otra era la longitud del texto.
Marché de vacaciones con el relato en marcha y día a día escribí cada uno de sus pasos posteando en un blog que ahora está borrado. Escribí en un cuaderno y con emoción leí a mi madre aquello que se me iba imponiendo. Ella recibía el texto con la emoción de quien vivía en un cuento el lazo de la fantasía. Eso me motivó más todavía.
Cerré el texto y empecé con otro.
Otras actividades son más poéticas y relatos que se mueven en lo breve.
Acabo de recibir una carta que me ha dado la compensación mayor. Alguien que al leerme me dice que lo que hago le llega. Eso es más de lo esperado.
Cuando empecé, en el verano pasado, me enredé en la emoción de la novedad, pero ahora es un medio ineludible, inevitablemente, bien o mal, escribo.
No soy pretenciosa, pero me gusta exponerlo a la mirada de la otredad.

miércoles, 3 de octubre de 2007

El tiempo da la vuelta




Bienvenidos a mi espacio sideral

Día gris y lluvioso. Sales de casa con el paraguas, por si acaso. Subes la cuesta que siempre has de tomar, camino del trabajo. Como el camino es largo y empinado vas a buscar ese autobús que te aproxima.

Un grupo que está fuera, piensas que no se puede subir a ese autobús o que en otro caso están fuera porque todavía no toca marchar. Tiene su hora de salida y quedan diez minutos. Haces el gesto de entrar y te advierten que está estropeado. Comentan que llega el otro, el del cuarto.

Tú ibas a por el del cuarto y te alegras de no haber salido antes de casa porque sino habrías pasado por esa inquietud de la espera.

El trayecto lo sueles hacer, pero una hora antes. Este día, con tu nuevo horario, te presenta el mundo que desconoces. Cada momento del día tiene su ritmo. Los días también son diferentes y dependen de los lugares y los tiempos.

Este Otoño se presenta sereno.

He vuelto al gusto por el texto narrativo y a exponerlo ante otros que también se enfrentan al reto de escribir. Ayer recibí la contrapartida y quedé contenta.




martes, 25 de septiembre de 2007

De nuevo por aquí


Un paisaje idílico a veces hace más bien que miles de buenas razones.
El arco iris siempre aporta con su luz y color energía suficiente para recuperarse de estados de ansiedad y desazón.
Mudas de piel son lo que yo hago día a día.
Persevero en mi existir aunque añoranzas no me faltan.
Es latido del alma que se queja de aquello que nunca más ante ella estará presente, pero en ese latir se entretiene recreándose en los versos y los juegos de palabras que a tiempo o a destiempo en ella se proclaman.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Un amigo


Homero amigo, no he sido capaz de escribite un comentario a pesar de pensar mucho en lo que estarás padeciendo.
Deseo lo mejor, dentro de los posibles, para ti y los tuyos.
Me alegró leer esa nota en la que dabas señales de vida.
La vida te reserva más pruebas y por ello sales de ésta.
Los que a tu lado se hayan ido habran dejado un gran vacío que nada llenará.
Las pérdidas materiales también llevan duelo.
Te acompaño.
Un cálido abrazo.

domingo, 9 de septiembre de 2007

De nuevo lo cotidiano


De nuevo lo cotidiano se interpone en mi hacer.
He pasado el verano haciendo un relato que todavía mantengo.
Se me había metido en la cabeza la idea de escribir algo así.
Lo he llevado a cabo.
Eso me satisface.
A partir de este momento con el trabajo será difícil encontrar el momento, pero aún así haré el inetento de ponerme ante la hoja en blanco aunque sea para añadir una sola frase.
Escritora me hago a cada paso con el empuje de quererlo hacer.
Aquello de querer es poder me lo aplico.
Si no va más allá quedará en el hecho de haberlo puesto en marcha.
Me anima que se lea por parte de la gente.
Espero de él ganar en recursos para escribir aquello que quiero expresar.
Me pase la vida leyendo historias que otros derramaron, ahora me toca a mí y me engresca la idea y el acto del escribir.
He dado la vuelta del tiempo y no he dejado de hacerlo. Cada día si no arranco algún texto o verso es como si hubiera estado perdiendo el tiempo.

Ese texto se puede localizar en el blog que le dedico, myfairies.

miércoles, 29 de agosto de 2007




Bienvenidos a mi espacio sideral

Es cierto que éste se mueve poco a poco. Es el testigo de mis cambios. Me moví camino de la casa de la que salí y que me hubiera gustado dejar en suspenso en el tiempo. Mañana es dado el momento del regreso. Necesito volver a mí.




viernes, 17 de agosto de 2007

Este verano...

Este verano llega a su fin. Las fiestas de Huesca, laurentinas, dan paso a días de paz y sosiego.
Tras los días de ciudad abierta llega la calma. Semejante a la de después de la tormenta.
Se mueven recuerdos pasados que ya no despiertan añoranzas.
Estos últimos días de agosto en la casa de mis padres son los más dulces del verano.
Pasa rápido el tiempo y en nada de nuevo frente al trabajo.
Empiezo a organizar mi mente de cara al septiembre y los meses venideros.
Me tomo las cosas con calma.

lunes, 6 de agosto de 2007

A punto de fiestas


Las fiestas de San Lorenzo que empiezan el día nueve del presente alentan el ambiente de la ciudad.
Estoy en casa de mis padres pasando el verano, como casi todos los años.
Ayer empezaron tormentas y hoy el día se ha cubierto.
La mañana ha sido movida, pero ahora estamos tranquilos. Mi padre sangraba por la nariz y no había forma de atajar la sangre.
Buen susto nos hemos llevado, antes de las ocho de la mañana. Lo hemos llevado a urgencias y yo no me muevo de casa por si acaso.
Ver el suelo del cuarto de baño y el lavabo llenos de sangre de entrada impresiona, pero soy serena y confío atendiendo la situación.
Mi madre no atinaba, me preocupa más ella. A él se le ha cortado, pero ella llevaba el susto encima.
Por otra parte ayer y hoy puedo utilizar internet en horas que estos días me era imposible. Será que habran cerrado por vacaciones quienes me comían la línea. El caso es que era en horas de trabajo cuando no podía acceder. No sería de extrañar porque en Huesca la gente suele coger las vacaciones a partir de hoy, para disfrutar los sanlorenzos a tope.

martes, 24 de julio de 2007

En aquellos tiempos...

Siempre es el inocente quien rompe el equilibrio sin saberlo. Así ocurrió. Whymk se asustó ante la presencia de la furia y quiso proteger a Kary. Para él las dos figuras de las muchachas eran visibles y por ello se fue sobre el hombro de su ama.

La furia sintió el temor y el aleteo. Eso hizo que creciera su poder. Como advirtiera Kary, ella se crecía con el temor de quienes la rodeaban. Husmeó en el aire buscando el rastro de ese aroma a rosas que llevaba hasta la muchacha. Concitó las fuerzas espectrales que a su llamada llegaron a poblar todo ese espacio.

-A mí, fuerzas de la oscuridad.

-Venid en pos del mal.

-Cercenad y negad.

Eran sus palabras que apenas audibles se insertaban en las entrañas de Nora.

Kary permanecía unida a su hermana. Sabía que en esa unión estaba su fuerza. Debía guardarse de la disolución que supondría la separación. Su hermana no podría hacer frente a las fuerzas espectrales que disolverían su alma.

Tuvieron que enfrentarse a alucinaciones que la furia gestó para que ellas salieran a la superficie. Whymk, asustado, salió volando sin rumbo. Nora sintió en sus carnes todas las fuerzas encontradas, pero Kary la abrazó con fuerza inaudita impidiendo que siguiera el impulso más primitivo que albergaba su alma, saltar contra la furia. Eso las hubiera hecho vulnerables.

Siseaba atrayendo el rencor de Nora. Sabía que se estaba dando la lucha entre las dos hermanas. Casi alcanzaba su objeto. Sus dedos se alargaban y aproximaban casi tocando el pecho de Nora. Sentía un magnetismo que le llevaba a aproximarse a la muchacha. Kary a duras penas conseguía contener el aura de su hermana bajo la suya.

La noche trascurrió en esa lucha de las dos hermanas bajo la amenazante figura sibilina de la furibunda figura que alcanzaba tamaños que cambiaban de más a menos y de menos a más siguiendo el curso de fuerzas que se concitaban en la lucha de las dos hermanas, una por salir y la otra por contener ese impulso.

-No podré conseguir atajar su impulso.

Pensaba Kary en lo más profundo de su ser.

-No debo pensar en nada que libere mi miedo.

-No debo dar paso a la duda.

-Podré aguantar hasta el amanecer.

-Queda poco y aunque los instantes se hacen eternos podré.

Se reafirmaba y contenía todo aquello que pudiera debilitarla.

La noche dio paso al día y pudieron desligarse y descansar, pero Nora quedó maltrecha.

Con la presencia de la luz sobre el círculo astral de las dos muchachas la furia salió como si aquello la pudiera ahogar. Huyó despavorida al sentir la quemazón sobre su sombra. Se alejo bajo las sombras del bosque.

Kary se hizo visible, tenía el cuerpo de su hermana en sus brazos. Apenas podía consigo misma. Nora estaba en tan malas condiciones que se hacía imposible plantear cualquier movimiento. Kary dejó a su hermana tendida en el suelo y empezó a preparar una cataplasma con distintos elementos que sacó de un pañuelo anudado que sujetaba en su cintura. Masticó algunos frutos y algunas hierbas y colocó sobre la frente de su hermana esa sustancia, para ello hizo uso de algunas ciruelas amarillas de las que habían recogido en el bosque. Dejó reposar el cuerpo inerte de Nora y marchó por los alrededores recogiendo hierbas, piedrecillas, flores, piñas y otras cosas que ella misma iba incorporando a ese pañuelo que llevaba anudado en la cintura.

Al atardecer Nora despertó de ese estado estático en que se encontraba.

-Kary, ¿qué ha sucedido?

-¿No habíamos salido del bosque?

Su mente había borrado todo rastro de recuerdo de la lucha mantenida con la furia durante la noche. Ese mecanismo de olvido era lo que impediría que perdiera la cordura pues su mente no hubiera asimilado tanto mal.

-Nora, ¿cómo te encuentras?

Intentó incorporarse y cayó sobre la hierba.

-No puedo levantarme.

Kary asintió.

-Tendremos que pasar la noche en el bosque.

La cara de Nora reflejó un gesto de espanto que ni ella misma hubiera podido reconocer.

-Buscaremos un lugar más seguro.

Afirmo Kary.

-Nos situaremos cerca del agua.

-He encontrado una pequeña cueva próxima al río.

Las dos muchachas se desplazaron a ese lugar.

Kary cargó con su hermana que apoyada en su hombro izquierdo se ayudaba con una rama bajo el brazo izquierdo, que ella le había preparado.

Aunque el lugar escogido no estaba muy alejado tardaron en llegar por lo precario de la situación.

Kary se orientaba perfectamente. Cuando llegaron a la cueva la luna se reflejaba sobre las oscuras aguas del río.

Whymk volaba dando vueltas a su alrededor. Había regresado a la llamada de su ama.

-Ven precioso.

-Ven.

Así le llamaba.

Su aleteo alerto de su presencia a la furia que captó con toda claridad los olores y vibraciones que dejaban en su paso hacía ese lugar.

La furia llegó a alcanzarlas, pero desde la otra orilla.

Kary había encontrado el lugar perfecto para estar fuera de su alcance.

Ella podía cuidar de Nora y encontrar dentro de su más primigenia memoria las artes que ignoraba le eran concedidas como elegida.

Su hermana no podía frente a la magia y el hechizo. Sus temores casi la habían aniquilado. En ese momento Kary reconoció su fuerza y confió en ella. Nora había quedado a la merced de sus miedos, ella no. Ella podía disolverlos y concitar fuerzas de luz que la conformarían como lo que poco a poco iba descubriendo de si misma.

Era Kary la que tomaba las riendas de la situación. Su hermana había cumplido la misión de traerla hasta su destino. Cuidaría de su hermana y esperaría las lunas necesarias para emprender de nuevo la marcha. Esperaría que Nora se recobrara y buscaría en el reflejo de la luna los mensajes que cada vez se le presentaban con más claridad.


En aquellos tiempos...

Recogieron miedos ancestrales. Las sombras y las luces creaban en sus mentes imágenes fantasmagóricas. Sentían el quejido de las almas que vagaban entre los dos mundos. Almas ausentes faltas de morada eterna se movían entre las sombras en ese momento que el día se aleja y la noche se puebla con todas sus quimeras.

Anduvieron en círculo sin percatarse de que pasaban por dónde estuvieran antes.

-Me temo que no hemos avanzado.

-Este arbusto de bayas negras diminutas estaba aquí antes.

-Hemos vuelto al mismo sitio sin darnos cuenta.

Manifestó Nora.

-La noche no nos va a permitir seguir.

-Será mejor que nos quedemos aquí.

Kary pensó que sería cuestión de adaptarse a las circunstancias.

-Habrá que hacer frente a lo que venga.

Le dijo a su hermana.

-La furia se crece con nuestros miedos.

-Hemos de unir nuestras almas en una para impedir que separadas pueda acceder a una de nosotras.

La fuerza de la muchacha dio paso a una luz violeta que las envolvió. Sus cuerpos dejaron de ser visibles a simple vista. Quedaron en ese estado de patencia que las hacía imperceptibles a ojos físicos.

Bajo una roca tintineaba una débil luz violeta.

-Estaban aquí.

-Esa pequeña sabe más de lo que parece.

-Huelo su presencia.

La furia podía oler la presencia de Kary, pero era incapaz de captar esa luz. El submundo al que pertenecía era el de lo opaco y sin luz. Nada que brillara o estuviera iluminado entraba por sus sentidos. Era ciega a la luz.

Había quedado impregnado en el ambiente un olor a rosas que la furia reconoció como el de la muchacha que ella quería arrastrar al lado oscuro para absorber su energía y aumentar su poder.

Si se hubiera fijado. Si no hubiera distraído sus pensamientos con la obsesión de captar a la muchacha habría notado una presencia alada que posada sobre una rama estaba justo encima de la piedra en la que palpitaba esa luz.

lunes, 23 de julio de 2007

En aquellos tiempos...


Recogieron miedos ancestrales. Las sombras y las luces creaban en sus mentes imágenes fantasmagóricas. Sentían el quejido de las almas que vagaban entre los dos mundos. Almas ausentes faltas de morada eterna se movían entre las sombras en ese momento que el día se aleja y la noche se puebla con todas sus quimeras.
Anduvieron en círculo sin percatarse de que pasaban por dónde estuvieran antes.
-Me temo que no hemos avanzado.
-Este arbusto de bayas negras diminutas estaba aquí antes.
-Hemos vuelto al mismo sitio sin darnos cuenta.
Manifestó Nora.
-La noche no nos va a permitir seguir.
-Será mejor que nos quedemos aquí.
Kary pensó que sería cuestión de adaptarse a las circunstancias.
-Habrá que hacer frente a lo que venga.
Le dijo a su hermana.
-La furia se crece con nuestros miedos.
-Hemos de unir nuestras almas en una para impedir que separadas pueda acceder a una de nosotras.
La fuerza de la muchacha dio paso a una luz violeta que las envolvió. Sus cuerpos dejaron de ser visibles a simple vista. Quedaron en ese estado de patencia que las hacía imperceptibles a ojos físicos.
Bajo una roca tintineaba una débil luz violeta.

-Estaban aquí.
-Esa pequeña sabe más de lo que parece.
-Huelo su presencia.
La furia podía oler la presencia de Kary, pero era incapaz de captar esa luz. El submundo al que pertenecía era el de lo opaco y sin luz. Nada que brillara o estuviera iluminado entraba por sus sentidos. Era ciega a la luz.

Había quedado impregnado en el ambiente un olor a rosas que la furia reconoció como el de la muchacha que ella quería arrastrar al lado oscuro para absorber su energía y aumentar su poder.
Si se hubiera fijado. Si no hubiera distraído sus pensamientos con la obsesión de captar a la muchacha habría notado una presencia alada que posada sobre una rama estaba justo encima de la piedra en la que palpitaba esa luz.

lunes, 16 de julio de 2007

En aquellos tiempos...


Recorrieron largas sendas que no llevaban a ninguna parte. Las dos muchachas entristecidas caminaban silenciosas sin mediar palabra, cogidas de la mano.
Un ave sobrevolaba en círculo esperando poder posarse sobre el hombro de una de ellas.
La más alta era una mujer de larga cabellera negra y la otra tenía rojos cabellos.
Vestían ceñidos vestidos de tafetán negro como las plumas de un cuervo.
-¿Qué te parece si paramos un rato?
-Bueno, Nora.
Nora era la mayor de las dos, la pelirroja.
-Kary, ¿estás cansada?
-Un poco.
-¡Bien! Haremos una parada, pero muy corta. No nos podemos descuidar.
Baja el ave y se posa sobre el hombro de Kary. Ésta parece recobrar energías.
-Tienes mejor aspecto. Haces mejor cara ahora que Whymk se ha posado en tu hombro.
-Tenemos que darnos prisa si queremos que la hechicera deshaga su embrujo.
Pararon en las inmediaciones de un riachuelo de aguas cantarinas. El gorgoteo de una fuente atrajo su atención y llenaron de agua un par de calabazas y un pellejo que colgaba de la cintura de una de ellas.
Sacaron de sus zurrones un trozo de queso y un mendrugo de pan para cada una.
Comieron y bebieron abidamente dando al ave parte de lo que tomaban.
-Qué fresquita es el agua de esta fuente.
-Mira, Nora, ese árbol tiene la fruta madura. Son ciruelas amarillas.
-Aunque son muy pequeñas nos irán bien.
Las dos muchachas se levantaron y aproximaron al ciruelo.
Recogieron sus frutos más maduros y los colocaron en un pañuelo grande, cada una, poniéndolo entre hombro y cintura, cruzando el pecho y dejando la carga por delante.
Más animadas emprendieron de nuevo la marcha.

Se adentraron en la espesura de ese bosque. Iban entretenidas en sus pensamientos y no advirtieron que alguien las estaba siguiendo.
Entre la maraña de zarzas y árboles se movía una diminuta figura. Era alguien que cubría su cuerpo con una túnica y tapaba su cabeza con capucha. Llevaba un tejido que parecía participar de los colores que le rodeaban. De hecho seguía el mimetismo de las hojas y ramas que iba encontrando a su paso. Esa trama se iba modificando según estuviera en sombra o zona iluminada.
-No irán muy lejos.
Era un eco femenino el que así pensaba.
-Se dirigen a la gran cascada.
-Saben bien dónde pueden encontrarla.
-Tengo que distraerlas antes de que caiga la noche.
-Con la Luna tendré el poder y ya no tendrán escapatoria.

-¡Nora!
-¿Qué tienes?
-¡Noraaa...!
Asustada, Kary, quedó paralizada.
-¿No te das cuenta?
-¿De qué tengo que darme cuenta?
-Siento que algo me atraviesa, algo helado que me abrasa.
-¿Tú no notas nada?
-No, no tengo esa sensación.
-Descansaremos un rato para que te calmes.
Las dos muchachas buscaron un claro del bosque y se aposentaron. En las proximidades corrían las aguas cristalinas del río que venía de la cascada a la que se dirigían.
-Kary, no podemos entretenernos mucho rato. Se está cerrando el día y será muy difícil seguir la senda.
-Piensa que nos advirtieron de los peligros de la noche.
-Que tenemos que conseguir llegar antes de que anochezca porque la furia se crece en la noche y si da con nuestro paradero no habrá magia que nos libere de sus poderes.
Kary reaccionó a las palabras de su hermana.
-Vamos, no perdamos tiempo.
-Soy una blanda.
-Kary, no lo eres.
-Eres tú la que tiene la magia de su lado y eso te hace más sensible y vulnerable.
-Tengo que cuidar de ti.
-Madre dijo que mi papel era ser tus músculos y tu resistencia.
-Cuando lo dijo no entendí nada, pero ahora empiezo a encontrar sentido a sus palabras.
Nora queda pensativa y su cara refleja un gesto duro de dolor.
Pasan por su mente, en tropel, imágenes espeluznantes.
Aquellos seres maléficos que salían de la nada y que buscaban mientras destruían todo lo que con sus ojos atravesaban.
No recordaría formas, porque no los veía, recordaba sensaciones que le helaban la sangre.
-Coge a tu hermana y marcha.
-No esperes más.
-Y sobre todo no mires oigas lo que oigas
Le había dicho su madre.

Había cogido a su hermana que dormía sobre la paja envolviéndola en su capa.
Fue terrible oír aquellos chasquidos y alaridos.
Recordaba el olor de los cuerpos putrefactos, el de la sangre, el de los huesos calcinados.
Alaridos que atravesaban su garganta entrando hasta sus entrañas.
Fue casi imposible seguir sin volver al lado de la madre.
Fue la mayor de las pruebas.
Controlar ese impulso le desgarró músculos que tiraban de ella.
Cuando llegó al bosque su cuerpo había seguido el curso de dos vidas. Ya no era la misma. Su vida no era suya. Su hermana era su vida.

domingo, 15 de julio de 2007

En aquellos tiempos...


Se adentraron en la espesura de ese bosque. Iban entretenidas en sus pensamientos y no advirtieron que alguien las estaba siguiendo.
Entre la maraña de zarzas y árboles se movía una diminuta figura. Era alguien que cubría su cuerpo con una túnica y tapaba su cabeza con capucha. Llevaba un tejido que parecía participar de los colores que le rodeaban. De hecho seguía el mimetismo de las hojas y ramas que iba encontrando a su paso. Esa trama se iba modificando según estuviera en sombra o zona iluminada.
-No irán muy lejos.
Era un eco femenino el que así pensaba.
-Se dirigen a la gran cascada.
-Saben bien dónde pueden encontrarla.
-Tengo que distraerlas antes de que caiga la noche.
-Con la Luna tendré el poder y ya no tendrán escapatoria.

miércoles, 11 de julio de 2007

En aquellos tiempos...

Recorrieron largas sendas que no llevaban a ninguna parte. Las dos muchachas entristecidas caminaban silenciosas sin mediar palabra, cogidas de la mano.
Un ave sobrevolaba en círculo esperando poder posarse sobre el hombro de una de ellas.
La más alta era una mujer de larga cabellera negra y la otra tenía rojos cabellos.
Vestían ceñidos vestidos de tafetán negro como las plumas de un cuervo.
-¿Qué te parece si paramos un rato?
-Bueno, Nora.
Nora era la mayor de las dos, la pelirroja.
-Kary, ¿estás cansada?
-Un poco.
-¡Bien! Haremos una parada, pero muy corta. No nos podemos descuidar.
Baja el ave y se posa sobre el hombro de Kary. Ésta parece recobrar energías.
-Tienes mejor aspecto. Haces mejor cara ahora que Whymk se ha posado en tu hombro.
-Tenemos que darnos prisa si queremos que la hechicera deshaga su embrujo.
Pararon en las inmediaciones de un riachuelo de aguas cantarinas. El gorgoteo de una fuente atrajo su atención y llenaron de agua un par de calabazas y un pellejo que colgaba de la cintura de una de ellas.
Sacaron de sus zurrones un trozo de queso y un mendrugo de pan para cada una.
Comieron y bebieron abidamente dando al ave parte de lo que tomaban.
-Qué fresquita es el agua de esta fuente.
-Mira, Nora, ese árbol tiene la fruta madura. Son ciruelas amarillas.
-Aunque son muy pequeñas nos irán bien.
Las dos muchachas se levantaron y aproximaron al ciruelo.
Recogieron sus frutos más maduros y los colocaron en un pañuelo grande, cada una, poniéndolo entre hombro y cintura, cruzando el pecho y dejando la carga por delante.
Más animadas emprendieron de nuevo la marcha.

martes, 10 de julio de 2007

domingo, 8 de julio de 2007

En aquellos tiempos...

Anduvo perdida entre la maleza, resignada pensaba que nunca más entraría por su vida nueva luz. La tristeza que albergaba creaba un círculo de furia que a todos espantaba.
Era la fuerza que todavía no controlaba.
Entre el barro y las piedras del camino sus pies descalzos sentían el alivio que deviene cuando el dolor del alma es tan grande que se hace necesario machacar el cuerpo para que éste reclame y en su cuidado el alma se refugie.
Recordaba de forma discontinua e incoherente.
Se veía al calor de la lumbre rodeada de una anciana y dos ancianos. No reconocía el vínculo que a ellos le unía, pero sentía un sentimiento que extrañaba. Algo dulce que de ellos recibía. Se veía niña. Con unas trenzas largas. Su pelo negro que azuleaba. Se veía en el reflejo de un espejo mientras una figura femenina la peinaba. Sentía el dolor de los estirones que le daba mientras desenredaba su pelo con un peine de concha de tortuga, de carey recordaba que se nombraba.
Reconocía en esa figura la madre desde los sentimientos que le salían del corazón.
Estaba tan lejano en el tiempo. Ahora se extrañaba de si misma.
Aquel muchacho que la siguió aquel día y que gracias a su presencia evitó el desvarío.
Empezaba a hilvanar los recuerdos. Las ideas se agolpaban, pero empezaban a tener sentido.
De pronto una sombra se cruzo por sus ojos, la consciencia del dolor era insoportable. Desvelar tiene el inconveniente de que no es un acto selectivo y se destapa lo bueno y lo malo. Apretó los dientes con tal fuerza sobre el labio inferior que un hilillo de sangre resbaló por la comisura de sus labios. Soltó un fuerte alarido y calló sobre el lecho de piedras y barro. Allí quedó inconsciente iluminada por una luna grande y brillante.
Alguien seguía sus pasos a distancia. Se acercó y la recogió en sus brazos llevándosela en volandas hasta el pie de un frondoso árbol, un roble de tronco ancho y robusto.
Separó los cabellos de su cara e hizo un recogido con un cordón dorado que sacó de su cintura, dónde lo llevaba anudado. Limpió los restos de la sangre mojando con su saliva un trozo de tela que rasgo de su camisa.
Marchó sin hacer ruido y quedó a distancia para poder observarla desde lejos sin que ella pudiera apercibirse de su presencia.
Transcurrió la noche. La escena era digna de un retablo. Ella bajo el árbol con una expresión angelical y él tras unos arbustos pendiente de todo lo que pudiera pasar.

viernes, 29 de junio de 2007

Claro de luna


Te miro a los ojos
hermoso recuerdo
escuchando el silencio
del viejo pasado

Bajo al ocaso
del tiempo presente
se siente la vida
se siente la muerte

Cercena la herida
de ola batiente
recorriendo los ayes
de ronco silencio

Retomo la senda
camino despierto
entre tanta gente
que nada siente

Me miro en tus ojos
me siento valiente
Amada del alma
querida de siempre

Compañera mía
mi vida
Siempre
que los días vienen

Recorro el recuerdo
de tiempos oscuros
Persigo la luz
entre tus silencios

Me mezo contigo
en un mar de espuma
De noche me abrazas
bajo el claro de luna

Anna, 19 de Junio de 2007

jueves, 28 de junio de 2007


Tirita la carne
el corazón se hace trizas
se rompen los arcos y cuerdas
amor en esa esquina
la del encuentro fortuito
la de la letanía
rompen los ecos del alma
la carne que resucita
Al fin el deseo no es otro
que el de yacer unos con otros

Si negamos que la carne se conduce y reconforta
¿En qué quedamos?
En lúgubre propuestas
que llenan de dolor y deseo insatisfecho
No hay más hecho
que el de la carne que pide
y la respuesta que alcanza

Anna, 2 de Junio de 2007

lunes, 25 de junio de 2007

EN AQUELLOS TIEMPOS...


La oscuridad se antepuso a las sombras dejando entrever una ligera claridad entre las dos figuras que permanecían casi estáticas con el más parsimonioso de los movimientos.
Si alguien hubiera visto las dos figuras plegadas sobre si mismas hubiera pensado que se trataba de dos rocas en medio del camino.
Realmente era la comunión con la piedra de la montaña lo que hacía de las dos figuras seres estáticos.
Se paró el aire a observar tan liviano movimiento.
Permanecieron en esa danza hasta el amanecer.

domingo, 24 de junio de 2007

EN AQUELLOS TIEMPOS... II


La noche se impuso. Gurdhya quedó quieta sin saber tomar decisión alguna.
Churg observaba los gestos de la muchacha sin hacer movimientos para evitar llamar su atención.
Fue Ghow, el hurón, que incapaz de quedarse quieto un instante empezó a emitir sonidos de reclamo para que el muchacho le atendiera.
Gurdhya se asustó al oír algo que en su mente pareció un lamento lejano.
Las ramas de los árboles proyectaban sus lóbregas sombras sobre el camino creando formas fantasmales a los ojos de ella.
El muchacho quiso acallar a su animal, pero no dio resultado y, al contrario, lo que consiguió fue un chillido afilado.
Gurdhya cayó sobre sus talones, quedando enroscada sobre si misma, buscando la posición protectora que todos conocían. En su caso producía un aura de fuerza que no permitiría a alimaña alguna acercarse más allá de la distancia que ella quisiera conceder.
Churg sabía bien lo que en ese momento gestaban los movimientos de la muchacha y temió provocar su ira. Como pudo, tapo la boca de Ghow que le mordió siguiendo su instinto animal. Contuvo un lamento mordiéndose el labio inferior con tal fuerza que una lágrima resbaló por su mejilla izquierda.
Él también optó por tomar la posición de protección que le habían enseñado en los entrenamientos de la Comuna.
No eran aleccionados para la lucha, lo eran para la defensa y la resistencia a base de concentrar en un punto todas las energías vitales. Su entrenamiento no era ni de lejos tan preciso, pero suficiente para evitar cualquier envestida.
Conocía los movimientos de sumisión que debía poner en acción para evitar el coraje de la muchacha y ganar poco a poco su confianza.
Se mantuvo quieto y soltó a Ghow para poder llevar a la práctica el ritual. El hurón al verse libre se calmó y quedo acurrucado a su lado.
Gurdhya atisbó una figura enroscada y reconoció que ante sí estaba alguien de la propia Comuna. Temerosa evitó mirar directamente a quien ante ella se había dispuesto y reconoció en el otro los gestos de apaciguamiento y sumisión dirigidos a ella. Eso la relajó.

sábado, 23 de junio de 2007

EN AQUELLOS TIEMPOS REMOTOS LOS CAMINOS LLEVABAN A CUALQUIER PARTE.




EN AQUELLOS TIEMPOS REMOTOS LOS CAMINOS LLEVABAN A CUALQUIER PARTE.

Nuestra heroína era una muchacha de ojos dispuestos a recorrer los pasos del Norte sin pestañear siquiera.

No había nadie, en la comarca de Gurdn, capaz de sostener su mirada.

Ella había visto la muerte de cara sin temer por su suerte. Había viajado entre nubes de polvo y días sin lluvia con la boca seca sin reclamar para sí gota alguna.

Entregó a los ancianos todos sus víveres y líquidos, superando la prueba manteniéndose en estado de semiactividad.

Consiguió parar los golpes de deterioro del cuerpo mientras a su paso caían otros, víctimas, cediendo paso a la nada.

Tenía el kay. Ese poder que sólo una de la comuna hereda. Le había sido legado desde la más tierna infancia. Cuando en ningún momento reclamaba atención por el llanto como suelen hacer los humanos en sus primeros momentos vitales.

Reconocida como la heredera de la gran montaña había sido educada y aleccionada para ser guía y fuerza de todos ellos.

Gurdhya era la más preclara de la Comuna. El Seym le había asignado funciones que hasta ese momento nunca se otorgaran a nadie tan joven.
Es cierto que esa función siempre fuera asignada a la mujer, pero la de cabellos blancos y mente preclara.
Ella apenas si tenía quince años y sin embargo manifestaba la mayor de las potencias. Nadie era capaz de mirarla de frente. Todos miraban al suelo cuando se cruzaban con ella.
Eso le hacía sentir incomodidad. Hubiera deseado reír con el resto las historias que se contaban a lo largo del día en los encuentros que se producían cuando se llevaban a cabo las distintas tareas cotidianas. De lejos miraba como se producía la comunicación risueña entre unos y otros. Si se aproximaba el silencio se imponía.
Aquella tarde Gurdhya se distrajo en su paseo a la orilla del río. Iba recogiendo bayas maduras de los arbustos que encontraba. Desoyó las precauciones que su instinto le emitió y distrajo su atención contemplando colores y formas que la transportaban.
Había salido tras ella una sombra diminuta que en ningún momento manifestó su presencia.
Era un niño de la Comuna. Aunque la temía era mayor su curiosidad. Llevaba días indeciso y al fin, esa tarde, había decidido seguirla. Era un muchacho espigado y rubio. Con él se movía un hurón. Éste era muy vivaracho. Lo había encontrado en el claro del bosque cuando apenas si era capaz de abrir los ojos. Había tenido cuidado en alimentarlo masticando semillas y dándole de comer sin que el resto se diera cuenta. Esa tarea correspondía a las muchachas y si le hubieran visto habría sido motivo de burla. Bien se le valía que sus compañeros de juegos no estaban pendientes de lo que pudiera llevar bajo su casaca.
Evidentemente trataba al hurón como si de cualquier otro animal del grupo se tratara. Un buen día había dejado que se moviera sin llevarlo escondido. Así había sido como ante todos era él y su compañero. Nadie había cuestionado esa compañía. No era extraño que un muchacho tuviera a su lado un animal compañero. No importó de dónde venía ni por qué atendía a sus gestos y chasquidos.
Ambos formaban un buen conjunto. Parecían uno proyección del otro. El pelo del muchacho tomaba brillos parecidos al del pelaje del hurón.
Por las noches dormían enroscados sobre la paja que se había habilitado como cama al lado de la puerta de la cueva Comunal.
Cada cual ocupaba un lugar dependiendo de la casta a que pertenecía. El muchacho estaba bajo la tutela de toda la Comuna porque había perdido la genealogía de su grupo por razones que él todavía desconocía.
Al estar protegido por todos quedaba a merced de su propia suerte. Se movía con mayor libertad. Iba y venía sin que nadie se percatara de sus ausencias.
Él había mirado a Gurdhya muchas veces. Sólo él había sido capaz de ver la profundidad de sus ojos de un azul que cambiaba según el sentimiento que ella quisiera contener. Eran como el agua que dependiendo de la ubicación toma matices azules o verdes, transparentes u opacos. Así eran los ojos de Gurdhya. Él bien lo sabía. En ellos bebía.
Soñaba que se adentraba en las aguas profundas que presagiaban las miradas de ella.
Esperaba cualquier ocasión para contemplarla.
Ella no había llegado a percatarse porque vivía ensimismada y atareada en el entrenamiento que le tocaba asumir como seguidora del mandato del Seym.
Churg, que así se llamaba el muchacho, cada vez descuidaba más las precauciones ante la atracción que tenía hacía la figura que cada tarde se adentraba por la vereda del río.
Esa tarde ni ella ni él se apercibieron de lo arriesgado del descuido. Él pendiente de ella y ella sin apercibirse de que se estaba desviando y adentrando más allá de lo aconsejable.
Cayó la oscura sombra del crepúsculo sobre sus espaldas. Únicamente el hurón manifestó incomodidad, pero Churg no le hizo caso y siguió tras ella.
La noche tendió su capa sobre los caminos estrechos haciendo que perdieran su apariencia cotidiana.
Gurdhya, cuando quiso darse cuenta ya estaba desorientada. Miró a su alrededor y todo le pareció extraño, distinto.

VIDEO PROMOCIONAL DE GRANADA

domingo, 17 de junio de 2007

A mi manera


Como este río que normalmente transcurre calmado y casi seco, ando yo por este caminar presente.
Arrancaré los últimos pétalos al alma y derramaré sus mieles.
Ese río que con las lluvias se crece se asemeja a mi estado de ser que temporalmente manifiesta desmesura.
Entre los restos de una vida que ha dado de bueno y de malo me compongo y descompongo.
A mi manera quiero encontrar sendas en las que andar contemplando mi alma que a veces oclusa antepone la tristeza dolorida de lo inasible descuidando el goce necesario de ser en un vivir que complazca.
Presentaré a la vida la mejor de mis miradas para que cual espejo retorne y aplaque en silencio el vacío que a veces acapara mis pensamientos.
Compondré la lira del tiempo en este estado de búsqueda que ando siempre recorriendo.
Dilataré en recuerdos lo que mañana dejará de serlo.
Andaré buscando vías y escapadas para esta salida que construyo en silencio hueco a la sombra de árboles que a veces me escatiman su sombra.
Abrazaré el tronco que me arraigará a la tierra de la que procedo y que algún día recogerá mis restos.

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sábado, 16 de junio de 2007

Arrastro


Arrastro

Compongo
Dispongo
Diluyo
Concluyo

Tiempo en uno manifiesto

Instante
Momento
Infinito
Eterno

Parada del tiempo

Abierto
Doy paso a la vida
Entrego
Derivo

Diluyo las formas en polvo

Conforme
Asiento
Disiento
Estrecho

Perpetro un nuevo momento

Anna, 25 de Mayo de 2007




viernes, 15 de junio de 2007

Del adentro y del afuera


Del adentro y del afuera he construido un pasado y de nuevo vuelvo a ello enredando la maraña del recuerdo olvidado.
No sé bien de dónde vengo.
Recojo ese recuerdo abyecto y me inyecto en pura vena el veneno de un pasado no halagüeño.
Vuelven ecos denodados de un silencio contenido en ocaso retenido.
He pacido por caminos de estrellas y entre luces confusas que me han dado el falso aliento de esperanza renacida, de agua para sedienta medida.
Aquí de nuevo he venido a correr nuevos riesgos para saber de vidas ajenas que se cruzan e interfieren entreteniendo mi sino.
Pareciome que de largos días y noches vengo, que un largo recorrido temporal ha mediado entre aquí y allá.
De pronto se me hace presente que transité en otro tiempo algo que ahora reconozco como nuevo e inédito.
24/04/07



Este texto procede de un momento en que busqué poner en marcha un nuevo blog. Partía de la denominación de otro anterior.
Hoy estoy con la mente espesa por el calor y el estrés que produce la frustración.
Es tal que mi memoria parece haber olvidado y omitido cosas que parecían estar seguras en ella. Así me siento desde ayer.
Hay funciones de la memoria que sufren un cierto embotamiento. Es el calor, es el cansancio,...
Mi teclado también se atasca, pero será fácil reponerlo, no así mi mente que poco a poco manifiesta esa carencia.
Días atrás padecí una terrible migraña y las secuelas están en este estado de confusión que ahora manifiesto.
Una de mis cuitas era el recorrido por la memoria. Quería mover recuerdos. Lo he hecho. Para eso ha servido mi bloggear.
Ahora veo la necesidad de reducir todo este abanico expansivo que he dado en crear. La palabra no es la precisa ya que aunque sea un proceso creativo, el que parece se da, no es tal. Más bien es un dejarse llevar por la ventolera del momento y seguir el transcurrir de un loco pensamiento que se antepone a cualquier otro intento.

Habrá que esperar

Será cuestión de tomárselo con calma. En myblog no se abre ningún blog. Ayer machaqué tres de los seis que no se podían ver. Dado que suelo entretenerme de cháchara por allí y era imposible hacerlo como se suele, me dediqué a poner orden en mi navegador. Era tal la cantidad de enlaces seleccionados desde tiempo atrás que me dediqué a ponerlos en carpetas. De esos he ido a una dirección de la que traigo esto para ver si me anima el día.

jueves, 14 de junio de 2007

Ayer miércoles

Ayer miércoles no tuve tema para escribir aquí. Seguí con mi tema en chugar. Había encontrado una noticia en ya.com, sobre los calzoncillos de los chicos y me pareció que podía lanzarlo en aquel ambiente más comunicativo.
El martes, a última hora de la tarde, al revisar mis correos vi la noticia y preparé un post retando a los chicos de myblog para que explicitaran sus gustos. Ayer el tema me dio para más y seguí con ello. Hubo dos momentos, mientras editaba, en que se perdió la conexión con myblog. Pensé que la cosa empezaba de nuevo a fallar, pero seguí preparando los contenidos y reservándolos en archivos. Ultimamente suelo hacer carpetas del día y en ellas coloco los archivos que preparo. Antes sólo guardaba los textos que quería conservar.
La cosa parecía que iba perfectamente y eso me dio confianza.
Estaba haciendo un repaso general por los correos y las listas cuando me sorprendió que no hubiera movimiento, siendo el momento del día en que más se mueve el personal actualizando y entrando con nuevos posts. No sospeché, sólo me pareció extraño. Te acostumbras a sentir los pulsos igual que en lo cotidiano cuando miras la calle y algo ha cambiado te parece extraño, pero no le das la importancia que tiene hasta que tienes más datos.
Fue entrando a mi página para ver como la dejaba. Una última ojeada antes de cerrar la conexión y apagar el ordenador. A partir de eso visité otras páginas de la lista y cuando me dirigí a la de Alnair constaté que se habían borrado los contenidos de los posts. Hoy vuelvo a mirar y encuentro el panorama que dejé ayer.
Me dirijo aquí para explicitar lo que ha pasado.
No es lo mismo. Ahora cabe esperar una caída total del sistema. Homero propuso un desplazamiento y puso en marcha una posibilidad de comunicación. No hay ganas de irse de allí. No es sustituible un sistema en el que cuando entrabas a las listas veías al personal paseándose por la calle. Era concurrido. Algo así como cuando sales a dar una vuelta en mi ciudad natal, Huesca, depende de la hora que lo haces sabes que te vas a encontrar a tus amigos dando un paseo y de vez en cuando te vas a parar a charrar un rato e intercambiar chascarrillos y sonrisas.
En otros espacios se puede hacer, pero no de forma pluridireccional.
En los comentarios que otros dejaban en un blog entrabas como quien entra en un corrillo donde se está hablando de algo que le interesa, compartiendo el contacto con tod@s, no sólo con un@. Esa es la pérdida. Esa es la razón por la que me quedé allí y me cuesta tanto dejarlo. Son mis amigos.

martes, 12 de junio de 2007

Este martes


Este martes era un día esperado.
Mi amiga se despedía de sus compañeros de trabajo. Se va de vacaciones y nunca más volverá a tener que seguir esas rutinas de las que se ha despedido. Una bien ganada jubilación. Ella es extraordinaria y tod@s la añorarán. Es de esas personas que llena el espacio al que entra, es un regalo del cielo.
Mis peques tenían programada una actividad en la playa.
Yo que soy muy rarita me puse en contra cuando me lo propusieron, pero como siempre no me salí con la mía y se llevo a delante conmigo o sin mi. Evidentemente no me iba a quedar fuera. Los días me han llevado a revisar mis posiciones y sólo llegué al día de hoy con esa expectativa que da aquello desconocido.
Por la mañana, de camino al trabajo, me he encontrado con una compañera de otra escuela que ya lo había experimentado y me ha puesto en antecedentes.
Hemos pasado una buena mañana. He disfrutado de las actividades y de las compañías.
Ya veis que soy de las personas que se resisten hasta que la evidencia les demuestra lo contrario. Me apunto a las que vengan.
Sigo machacada con la migraña, más suave, pero allí está. He llevado mi gorra para que me salvaguardara del sol, pero es que ayer a hoy se ha puesto el calor a morder de primera. Menos mal que corría una brisa que paliaba la temperatura.
La primera impresión sobre la arena era desagradable, pero conforme nos hemos acercado al agua y la ruta de actividades era de contacto con ella la situación se hacía más agradable.
Se han mezclado niños de diferentes escuelas y he tenido buen vínculo con los que me ha tocado tutelar. Era una ruta de ocho actividades que les ha motivado mucho.
Cuando he vuelto a la escuela estaba para tumbarme por la modorra que se me ha metido en el cuerpo, pero tenía en perspectiva una reunión de evaluación y a mi pesar he tirado para delante.
Hemos estado en esa playa que visité y fotografíe aquellos días de abril en que me dio por tomar el camino de la playa con la música del mp3 en mis orejas. Ahora escucho uno de los pupurris que pongo en mis blogs.
La música tiene esa capacidad de atemperarme.
Estoy de relajón.
He comido de picoteo. Unas cerezas gordas y sabrosas, de las de mi tierra.
No tenía ganas de quedarme a comer en la escuela.
Ayer comí con mi amiga en un restaurante próximo a casa. La armonía se impone en mi vida.
Son cuatro días y ya estamos allá.
Hacía un nuevo verano que se promete cálido, como todos los pasados y olvidados. Dicen que más.

lunes, 11 de junio de 2007

Este Lunes

Este Lunes tras un fin de semana duro de arrastrar con una migraña de las muy duras me encuentro que el curso escolar está coleando con su último aleteo.
Me muevo en distintos espacios, uno es éste y seguiré componiendo volutas de viento allá donde vaya y siempre que me quede aliento.
Se acorta el plazo de mi aniversario. Encontré un artículo en el que se apuntaba que bloguear era existir. En principio no es tanto, pero es una buena terapia que puede ser nos evite el prozaz y otras lindezas de acallar el alma.
Nunca hubiera hecho relaciones como las que he ganado en estos meses, tampoco se me habría roto el corazón con ausencias de las que voy sufriendo. La vida te da, la vida te quita. Así es y no hay más. Tod@s andamos atrapados en este vivir.

domingo, 10 de junio de 2007

Momentos de una vida

Cierra los ojos y no mira. Una sospecha, un no se sabe qué.
Sale de la casa pausadamente, indecisa.
Vuelve atrás, enciende la luz y mira hacia la mesa, parece que algo busca. Un ligero mohín se dibuja en su cara.
-A qué esperas, vamos.
Él la mira y aprieta los labios en un gesto contenido.
-Quieres hacer el favor de darte prisa, que vamos a hacer tarde.
Ella desiste de la búsqueda y sale.
-No sé, siento como que algo me dejo, no sé.
-Quieres poner de tu parte, Ana.
-Tranquilo, ya he salido, ¡vamos!
-Sucede que entre unas cosas y otras nos queda tiempo justo para tomar un café.
-Ya lo tomaremos después, cuando lleguemos cerca de la consulta, y si no da tiempo te quedas en el bar que yo ya entraré sola.
-Ni hablar, ¿para eso te he estado esperando?
-¿Para eso te vengo a acompañar?
Dice irritado.
-Ya te dije que no era necesario, que yo sóla me basto.
Hay tensión contenida.
Él la mira con indignación.
-Osea que cojo la mañana libre para poderte acompañar y ahora me dices que te vales tu sóla.
-Bueno, frena, no te pongas así.
Apresuran el paso y entran en la estación de metro. Él se adelanta e introduce su tarjeta y pasa. Desde el otro lado de las máquinas de paso la mira con cara de pocos amigos.
-Tóma la tarjeta.
-No hace falta, ya llevo una.
Ella busca en su bolso en uno y otro compartimento, saca su tarjeta y la introduce en la ranura.
-He cambiado el bolso y ahora no me aclaro con éste.
Él no contesta.
Se oye la llegada de un metro en ese momento, bajan corriendo las escaleras y llegan al andén, justo a tiempo para subir a él.
En todo el trayecto no hay palabras. Silencio.
Se han sentado y cada uno se pierde en sus pensamientos.
Ella cabizbaja mira al suelo. Se oye alboroto en la siguiente parada.
Algo sucede, el tren del metro no sigue su marcha.
Él la mira de vez en cuando. No median palabras.
Ella levanta la vista y observa distanciada. En el vagón que queda delante unos jóvenes están haciendo movimientos cogiéndose de las barras. Piensa que deben estar intentando hacer cómo aquellos que se exhiben en los circos.
Sucede que algo no va, no sabe qué. Se levanta y sale del vagón.
-¿Qué haces?
-¿A dónde vas?
Le espeta sorprendido.
-A casa.
-¿A casa?
-¡Sí, a casa!
-¿Y para esto me haces venir?
-No te pedí que vinieras. Así pues, ¡déjame en paz!
Él la coge por el brazo intentando retenerla.
-¡Que me dejes en paz!
-¡No aguanto más!
Él queda perplejo. La deja ir soltando su brazo.
-Desde luego, ya te dejo en paz.
Indignado se aleja, no mira hacía atrás.
Ella camina. Unas lágrimas corren por sus mejillas. Con unos manotazos se las quita y arranca a correr como alma que lleva el diablo. Al cabo de un rato se detiene mira a un lado y a otro.
Al otro lado de la calle hay una cafetería, entra y se sienta en la barra.
-¿Qué le pongo?
Mira enfrente de ella, se ven unos bocadillos pequeños.
-Un bocadillo de esos.
Señala con un dedo.
-¿De qué lo quiere?
-¿De qué son?
-De atún, de jamón, de fuet, de chorizo, ...
-De fuet. Por favor.
-Un agua y un cortado. Por favor.
El camarero coloca un vaso y un botellín de plástico delante de ella, va a buscar un plato y mientras tanto prepara la cafetera.
Ella desenrosca el tapón de la botella y empieza a beberse el contenido. Piensa: -tengo la boca seca-. El camarero le pone el bocadillo delante y ella mecánicamente empieza a comerlo pasando, en cuestión de segundos, a comer con avidez.
Mira a su alrededor y observa como el camarero está anudando un delantal que ajusta con fuerza a su cuerpo. Se para y advierte que el ambiente del local es agradable, hay buen 'rollito' entre la gente. El local es grande, al fondo se ven unas mesas donde la gente mantiene conversaciones animadas, a su lado un señor está ojeando el periódico. Entra alguien con paquetes de frutas. Piensa en ello y una sonrisa se dibuja en sus labios. Después echa azúcar al cortado y se lo toma saboreándolo.
Observa la caja al otro lado, se levanta y ve que hay una bandejita con su cuenta, entrega un billete y después recoge el cambio.
-¡Gracias, hasta luego!
Sale a la calle decidida.
La gente camina por la ciudad. Unos niños de la mano, un niño y dos niñas, de dos mujeres.
Ella piensa, -claro, han vuelto del veraneo ya pronto empezarán a ir a la escuela-.
Baja la calle, por una calle, sin hacer giros y bajadas como suele. Pasa por delante de un colegio, en el suelo restos de basura mal recogida, cosas de barro pintado rotas y otros restos de manualidades. En la esquina, más abajo, ve un grupo de chicas. Las mira y capta la mirada de una de ellas que se percata de su mirada, desvía la vista porque no quiere molestar. Piensa que quizá sean alumnas del instituto. Observa que van con pantalones cortos de color caqui, parecen prepararse para una excursión pero no llevan mochilas ni bolsas, se le ocurre que es coincidencia en el vestir, más o menos como el hecho de llevar vaqueros. Después de pasar de largo y cruzar la calle piensa que quizás no sean tan jóvenes como para ser alumnas del instituto. Las proximidades de los institutos son lugar de encuentro para ex alumnos. Se percata de que no sólo eran chicas, qué hizo que le pareciera presencia sólo de chicas. Sus pensamiento la llevan a pensar en lo a gusto que ella se encuentra con las compañeras de trabajo, algún compañero hay, no muchos. Ya se sabe que en los colegios los hombres escasean, la docencia es un trabajo feminizado.
Suena el teléfono. Mira y reconoce que es él. Duda en recibir la llamada o rechazarla. Con gesto decidido contesta: -¿Si?
Largo rato mantiene el teléfono en su mano, por lo visto él no para de hablar. Su gesto se endurece.
-Perdona, si sigues por ahí te corto.
-Déjalo ya, por favor.
Retira el aparato de su oreja y cierra la conexión.
De nuevo suena. Lo mira i aprieta durante un rato para que se desconecte y lo guarda en el bolso.
Da un respingo y sigue su marcha de forma precipitada.
Piensa que no son maneras, que algo va mal.
Se pregunta qué ha sido lo que le ha hecho tomar esa salida.
Recuerda estos dos meses.
Un vacío la invade.
Tiene que hacer algo, se la está jugando.
No se debe seguir con quién no te deja espacio ni aire para respirar.
Cuanto tiempo hace que no ha ido al cine. Sus compañeras hablan de tal o cual película. Se está quedando fuera. Y al teatro o a algún concierto.
Ha ido dejando que él decida. Él se mete en el ordenador y se está horas y horas. Se siente sola.
Han ido al pueblo y también a la playa. Odia la arena que todo lo invade.
Piensa que Luís y Julia, sus hijos, ya se han montado las vacaciones por su cuenta, que apenas si aparecen por casa.
- Hace tres veranos les planteamos que debían organizarse vacaciones independientes de las nuestras, digo planteamos, fue Jorge que insistió en la necesidad de recuperar nuestro espacio ahora que los niños ya no eran tan niños.
-Me siento sola, muy sola, y la casa se me cae encima. Me levanto con dolores por todas las articulaciones y las cervicales, por eso íbamos a la consulta y Jorge insistió en pedir permiso para venir a acompañarme, pero yo quería ir sola porque necesito hablar de la opresión que siento en mi pecho, el ahogo que está allí desde que me levanto hasta que me acuesto.
-Se me cae la casa encima.
-Tengo que hablarlo con alguien, pero con quien. Hace tanto tiempo que no intimo. Al principio con Jorge me bastaba, cualquier cosilla se hablaba y solucionado. Ahora sé que me he distanciado y que él o no se percata o no le interesa.
Pasa por delante de una frutería y entra. Mira las frutas y verduras, coge un paquete de plátanos y va a la caja. Se los pesan y le entregan el tiquet, busca en su monedero y entrega el importe justo. Sale a la calle.
Ya cerca de la casa ve que él la está esperando delante del portal fumando con gesto nervioso. Ella se para y se da la vuelta. Tira ese paquete de plátanos a una papelera y marcha en dirección contraria.
Marcha en dirección contraria, no se siente capaz de hacerle frente.
Necesita hablarlo, pero no con él, con él no podría.
Son tantos años de silencios contenidos, tantas ausencias.
Ella creía que vivía, pensaba que ésta era su vida.
Sucede que de pronto le ha caído la venda de los ojos y ahora no puede volver a dar los mismos pasos.
Necesita tiempo.
Coge su teléfono del bolso y lo vuelve a conectar, se para en la calle.
-Oye, Jorge.
Escucha con inquietud.
-Escúchame, por favor.
Se hace una pausa.
-Debes darme tiempo, necesito tiempo.
-Ahora no lo puedo hablar, necesito pensar.
Nueva pausa, escucha.
-Mira, te estoy diciendo que me des tiempo.
-No, no me pasa nada, sólo que...
Se interrumpe.
-Que te llamaré luego.
-Adiós.