He caído en tus brazos.
Hubiera supuesto que no fuera así, pero viniste a mí.
Parpadeaban esas líneas sobre la pantalla.
Confusa leía y releía.
-¿Cómo he podido darle pie?
Se preguntaba en silencio.
-No recuerdo haber dado señales de lo que siento. No por este medio.
-¿Será su juego?
-¡Es eso!
-Me pone a prueba.
-Si consigue su objetivo seré títere en sus manos.
Rebeca envió el mensaje a spam y salió de la aplicación.
Se le habían ido las ganas de seguir conectada.
La zozobra se adueñaba de ella.
Decidida, cerró la conexión y, tras tomar su bolso, salió, no sin antes dar un repaso a las estancias de su casa.
No le gustaba abandonarla con ventanas abiertas y en desorden.
Tiempo atrás no hubiera parado cuenta, pero, tras perder a sus mayores, cayó en ese tipo de rutinas.
Empezaba a tener manías similares.