¿Duele el alma?
¡Duele!
Con ella caemos en un mundo que nos daña.
Reparamos heridas mal cerradas.
Seguimos pisando el barro de esta tierra extraña.
Ella se duele y reclama.
Es posible que de vez en cuando regrese a su morada.
¿Es posible?
En ese caso, las ausencias y pérdidas de memoria no son otra cosa que el paso que ella ha dado regresando al jardín del que fue sacada.
El cuerpo flaquea y pierde asideros en los que ella está atrapada.
En ese momento, escapa en el sueño.
El cuerpo reclama.
La llama.
Ella evasiva, no encuentra las ganas.
Habrá un día en que el cuerpo no pueda con ella.
Ese día será liberada.
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