martes, 16 de diciembre de 2008

¿El qué?

El vacío viene de nada.
De la nada que se apodera sobrada, sobre el manto de la desmemoria.

Enrosca su aleta dorsal sobre el cuello descosido y herido.

Ella se hace cargo, la sonora soledad.

Pretérita antepone su solaza a la quebrada espalda del reptil que le acompaña.

Será mañana cuando venga en su busca a aparentar que está.

Paréceme venir de un largo viaje.
Desde el hueco oscuro y profundo del ser que se ha puesto ante mí.

No pude salir.
Tuve que argüir una quimera para creerme en ella certera y predispuesta.

Verás que estaba moviendo hilos queriendo deshacer el embrollo para ovillarlos y ponerlos en orden.

Querría seguir ese pensamiento que antepone colores y formas redondeadas dentro de un costurero de barro.
Sí, de barro.
De cartón sería mejor.
Ese cartón barnizado con dibujos infantiles que antaño trasportaba mi clarión.

Quien escribe soy yo.
¿Por qué había de ceder a ninguna condición?

Algo con que sacarle punta y un poco de papel para en él dejarlo correr.
¿El qué?
El clarión.

Anna SB, 16 de diciembre de 2008

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