No se puede contener lo que el sistema genera en sí.
Escapa a nuestro control.
Un buen día estás ante ti.
El ritmo cambia y sientes que has ido a parar a un sendero desconocido que no tiene recuerdos ni pisadas ajenas.
Al principio no te das cuenta.
La distracción mental te hace perder de vista la realidad.
Después constatas que nadie te escucha.
Sólo el aire recibe tus palabras.
Solo él te da en la cara.
La sombra se adelanta a ti y tú paras cuenta en que la sigues como autómata.
Pensabas que formabas parte de algo.
Te has entretenido y perdido la marca del grupo o te has ido siguiendo el impulso alado de tu libertad.
Es sistema evolutivo que te lleva a tu mismidad.
Piensas ser artífice de tus gestos, pero sigues guiones pretéritos proyectados al presente que tienes por delante.
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