Prestó al aire mi silencio.
Arranco mi sueño en la mañana.
Confluyo los ayes de mis tiempos.
Recalcó en mí el sentimiento.
Ella sola construyó palabras de mis versos.
La luna.
¡Quién sino podía hacerlo!
Ella controla las mareas y ciclos.
Es la que en la noche palpita en un cielo no visto.
Cuando en las sábanas me arropo, ella guía mis pasos.
En ese viaje no controlado es ella mi faro.
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