Pacífica asestó el disparo.
Descargó el golpe y marchó.
En el camino perdió el rasgo.
Se transformó.
Deshizo el pasado.
Resplandeció.
Atrás quedó.
Nada de lo que perdía añoraría.
Sabía.
Se veía sobre el asfalto sangrando.
Él reclamaba lo que de ella no quedaba.
La vida.
Olvidó.
¿Quién era que la agarraba en sollozos?
Desde ese lado nada es.
Fue un instante.
Dejó de ver.
De verse sobre la materia y en ella.
Ahora regresaba al núcleo del Ser.
Un disparo fortuito segó una vida.
Una mujer herida de muerte partía.
Un hombre dolía.
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